6 Consejos para prevenir el estrés laboral

El estrés laboral es una sensación que casi todas las personas han experimentado alguna vez en su lugar de trabajo. Llegar tarde a una importante reunión, tener que realizar un trabajo en tiempo record, estropearse los ordenadores en el momento más inoportuno… Son diversas las situaciones que nos pueden provocar estrés puntualmente, este estés no tiene por qué suponer un problema a largo plazo.

Pero si a éstos problemas puntuales se suman a otros factores como tener una carga excesiva de trabajo, malas relaciones con los compañeros o con el jefe, tener un trabajo poco estimulante o con pocas oportunidades de crecimiento, entonces el estrés puede cronificarse y aparecer como un serio problema en nuestras vidas restando calidad a la misma.

Alguno de los síntomas que pueden aparecer son físicos como dolores de cabeza, de estómago, irritabilidad. También psicológicos como ansiedad y/o depresión. Siempre es mejor prevenir que curar por ello nada mejor que tener en cuenta algunas ideas que ha desarrollado la APA para enfrentarse a los problemas de estrés.

  • Identificación de estresores. Consiste en estar pendiente de toda situación y/o persona que nos provoca cierta sensación de estrés. Pero además debemos estar pendientes de cuál ha sido nuestra reacción a esa situación. Es muy aconsejable llevar un registro, anotando todo lo que nos pasa, quién estaba presente, qué hicimos, cuándo, dónde y cómo. Cuanta más información mejor, no olvidar anotar qué hicimos, qué sentimos, qué pensamos. Conocer los factores desencadenantes del estrés y los patrones de conducta que utilizamos ante las situaciones en muy importante para solucionar el problema. Parece una tarea complicada y nos puede dar mucha pereza hacerlo pero no olvidemos que las nuevas tenologías nos pueden ayudar, el móvil nos sirve para tomar nota, para grabar la situación en el momento sin perder ningún dato. Y, ¡todos llevamos móvil!
  • Cambiar de hábitos. Una de las mejores maneras de controlar el estrés es tener hábitos saludables, tanto dentro como fuera del trabajo. Estos hábitos son conductas sencillas como practicar algún ejercicio, tener actividades de ocio y, en algún caso, evitar compañías o actividades que puedan provocar estrés, siempre que sea posible.
  • Marcar límites. Diferenciar muy bien las horas de trabajo y la vida personal. No permitir que el trabajo invada toda nuestra vida y la de nuestra familia.
  • Recargar pilas. La rutina, el trabajo, el día a día, van minando nuestras reservas y cada vez nos sentimos más agotados. Es necesario desconectar y relajarse. Hay muchas formas de hacerlo, aprender diferentes técnicas de relajación para poder aplicarlas en cualquier situación de nuestra vida es un buen método y muy recomendable. Tomarse vacaciones, realizar actividades placenteras como leer, pasear, escuchar música… Son todas formas de desconectar y tomar energía.
  • Hable, NO calle. Callar los problemas produce mucho más estrés que el hecho en sí. Por lo tanto, una vez que ha identificado los estresores háblelo con los demás, con su jefe, compañeros o empleados si es en el trabajo. Exponga sus ideas y temores de forma asertiva, sin ofender pero sin ocultar lo que sucede. Entre todos encontrarán una solución.
  • Apoyo social. Busque apoyo en su entorno, en su familia, en sus amigos. Si el estrés está muy avanzado busque ayuda profesional. De hecho, muchas empresas tienen programas de asistencia para controlar el estrés. Infórmese de dónde y cómo puede solucionarlo.

Y recuerde que el estrés es silencioso, se va haciendo dueño de nuestra vida, dominando todo lo que hacemos y volviéndonos cada vez más infelices. Pero tiene solución, atajándolo a tiempo, buscando ayuda de un profesional de la psicología puede aprender las herramientas necesarias para manejar el estrés y cambiar sus conductas insanas por hábitos más saludables.

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