Se acerca el Día de San Valentín

El 14 de febrero marca una fecha para celebrar las relaciones de pareja. Aquellas que mantienen la llama del amor encendida pero, además, les señala a todas las personas que están solas, precisamente eso, su soledad.

Las personas que mantienen una relación, aunque sea desde hace poco tiempo, disfrutarán ese día pensando que han encontrado su pareja ideal. Y las que no lo tienen, se fustigarán con la pregunta: ¿qué he hecho mal para no encontrar mi pareja ideal?

En este día marcado en el calendario y en los centros comerciales, se nos bombardeará para que compremos un regalo, desde la típica rosa roja hasta el más sofisticado que podamos encontrar o pagar. Todo para declararle a tu pareja el amor que sientes. Aunque ese amor pueda estar pasando por un mal momento o sea más ficticio que real. Ese día no importa, se olvidan todos los problemas.

La presión social, la presión de la publicidad, hace que nos sintamos obligados a regalar, a llevar a cenar a nuestra pareja, aun sabiendo que esa cena romántica no será tal en un restaurante abarrotado de gente.

Otras de las modas que va cogiendo cada vez más popularidad es ir en grupo a celebrar ese día. Alrededor de 6-8 parejas se reúnen para cenar, compartir la entrega de regalos, para decirles a los demás cómo se quieren y cómo mantienen la llama del amor, ese amor romántico que los unió hace tanto tiempo. Cabe preguntarse si estas parejas realmente presentan esa unión o sólo han sucumbido a la presión social y están haciendo una pantomima delante de sus amigos.

Es difícil escapar a la presión social y más aún cuando los centros comerciales nos bombardean con su publicidad. Pero aunque no podamos, o no queramos, escapar de esa presión y nos guste celebrar el día de San Valentín, al menos salgamos de las costumbres pre-establecidas y hagamos una celebración propia. Una celebración donde de verdad expresemos a nuestra pareja lo que sentimos por ella.

En la sencillez de los gestos está la clave, no necesitamos grandes regalos ni grandes cenas. No necesitamos decirle al mundo cuanto nos queremos, lo realmente necesario es decirle a tu pareja cuáles son tus sentimientos. Quizás sea un buen momento para plantearse un reto.

La relación de pareja es un sistema vivo, en continuo cambio, con ajustes y reajustes para que la pareja funcione, pero sin ocasionar grandes conflictos en el área individual de cada miembro. Todos tenemos algún área que nos cuesta cambiar y que sabemos que a nuestra pareja le molesta. El día de San Valentín es un buen momento para plantearnos ese reto.

No se trata de cambiar toda nuestra forma de ser, nuestro carácter, sólo se trata de hacer pequeños gestos. Gestos tan simples, aparentemente, como cogerle la mano al pasear, como decirle lo mucho que le echas de menos. Gestos como recoger la taza del desayuno o poner la comida que le gusta. Son pequeños gestos que la pareja valorará a lo largo del tiempo, fortaleciendo aún más la relación y no serán un momento pasajero en un día puntual.

Si no podemos o no queremos, escapar a la presión social de celebran San Valentín, al menos transformemos esa celebración en algo personal y no en un acto multitudinario.

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